Y es así como se siente el frío del espacio exterior, la soledad en Saturno y las ganas de gritar hasta que mi voz se pierda en lo profundo del universo. Porque a la larga, Saturno siempre existió detrás de esa puerta de madera, detrás de relatos de grandes historias, sentimientos, motivos y sensaciones que nos hacían más fuertes y aunque hoy más que nunca duela ver tu partida en ese cohete a lo largo de universo, me doy cuenta que el marinero se volvió capitán y que tuvo la suficiente fuerza para salir del hoyo negro que se convirtió lo que algún día fue nuestro bello mundo, Saturno. Espero estés bien, estoy orgulloso de verte crecer Azul...
Hoy me despido del cielo azul, hoy me despido de Saturno, un planeta que nos ahogó, un planeta que tenía un poderoso color morado en su cielo. Hoy me despido de ti, sin tener algún otro argumento para que te quedes, encontraste otro planeta al cual conectar, puedo decir que el cielo de Saturno ahora será rojo, caluroso y difícil, porque sin el azul que iluminabas, solo queda decir... hoy me despido y me siento feliz de que estés feliz en esa única nave que nos podía sacar de Saturno.
Con cariño, Rojo